Cuando mi sobrina era pequeña, quedé con su madre Elvira, mi mejor amiga, en que ella le compraba los muebles de Playmobil y que yo le hacia la casita.
El problema fue que en principio le iba a comprar los muebles victorianos, pero sin decirme nada le compró los muebles modernos (cuestión de economía) y por eso quedó un poco rara, ya que yo la empapelé con un estilo antiguo.
Pero los chicos disfrutaron de lo lindo, que era lo importante.
Y hoy en día, todavía existe.
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