Nunca me olvidaré de la primera vez que fui al dentista, primero por lo horrible que fue aunque no me hizo nada, me dijo que me arrancaran el diente en casa, por lo que tuve que esperar sentada al otro lado de una puerta con un cordón atado al diente
esperando que alguien la abriera , algo absurdo pues la puerta era de cristal, y cada vez que veía venir a alguien me levantaba. El dentista se murió, sin comentarios, pero lo único que paso es que cambié de dentista, que le costó Dios y ayuda arrancármelo y después vino un aparato. Asique no fue bien...
Bueno me voy a centrar, la primera visita al dentista trajo de bueno a la abuela de los Hogarin , una magnífica familia de escala 1.12, de goma, articulada, con vestuario y accesorios de todo tipo, cada caja era una habitación, se podían utilizar formando una casa o incluso vendían el chalet donde podías acoplar todos los muebles.
Era maravilloso, yo tenia a toda la familia: los abuelos, los padres , la hermana mayor, los hijos menores niño y niña, y los bebés gemelos.
De habitaciones: el comedor, el dormitorio de los padres con baño, el dormitorio de los hijos, el parque, la peluquería, montones de accesorios.
Todo un lujo para una niña de aquella época.
Mi hermana Pilar tenia a la empleada de hogar y la cocina.
Mi hermana la mayor, Gloria como siempre tan innovadora le hizo a mi hermana, una cama plegable debajo del fregadero.
Como todo (en mi casa nunca se ha tirado casi nada) estaba guardado, eso si sufrió una gotera y mucho tiempo almacenado, pero aun así
se ve lo maravilloso que fue jugar años con estas maravillas.
Pues vaya! Tanto sufrir para cargar el trabajo a otro! En fin, las cosas han mejorado... El siglo XXI lo cambia todo y ahora somos más responsables.
ResponderEliminarBienvenida al maravilloso mundo del blog. Verás como también te engancha.
Un beso
Sucari